lunes, 26 de enero de 2015

TEORÍA DE TIPOS Y RASGOS.

            La cuarta categoría que presentamos reúne algunos elementos del psicoanálisis y del humanismo en su preocupación por los aspectos internos de la personalidad en oposición a los factores externos que subrayan las teorías ambientalistas. De acuerdo con este punto de vista, la personalidad es consistente a través de situaciones. Y ello no es debido a factores emotivos que se fundamentan en nuestras primeras experiencias, ni es debido a los recuerdos ancestrales ni al las necesidades universales. No; este tipo de teorías concentra su atención sobre aquellos atributos que son peculiares del individuo, tanto en el aspecto físico como en el psicológico.
            Esta manera de enfocar el estudio de la personalidad recibe el nombre de teoría de los tipos o tipología. Es un ejemplo de ello la de Sheldon, que explicaremos seguidamente y que distingue a las personas en diversas categorías o tipos y sitúa después a cada individuo en una categoría u otra. Los introvertidos y extrovertidos de Jung son tipos, igual que los endomor, mesomorfos o ectomorfos, de Sheldon. Las teorías de rasgos, en cambio, clasifican a las personas no tanto como pertenecientes a un tipo u otro, sino en función de una combinación de características que toda persona posee en mayor o menor grado.

PSICOLOGÍA CONSTITUCIONALISTA DE WILLIAM H. SHELDON (1898-1977).
            Hace unos 400 años Shakespeare puso en boca de Julio Cesar
estas palabras:

                        Dejadme tener cerca de mí a hombres gordos,
                        hombres de cabezas rapadas y que duerman toda la noche.
                        Ese Casius tiene un aspecto hambriento y delgado;
                        piensa demasiado: tales hombres son peligrosos.

            Tal opinión se ajusta a una larga tradición de juzgar la personalidad de los demás basándonos en su aspecto exterior. Esta tradición consiguió respetabilidad científica en la primera mitad del siglo XX con las teorías de William H. Sheldon, médico y doctor en filosofía, quien creyó que había una fuerte relación entre estructura corporal de la persona o somatipo y su personalidad.
            Sheldon describió tres tipos de constitución física: el endomorfo, de gran peso y con huesos y músculos pobremente desarrollados; el mesomorfo, musculoso, fuerte y atlético, y el ectomorfo, delgado y frágil. Y después los relacionó con tres categorías de rasgos de la personalidad: viscerotonía (amante del bienestar, orientado a la comida, sociable y relajado); somatotonía (agresivo, amante de la aventura y con ganas de correr riesgos), y cerebrotonía (retraído, autoconsciente e introvertido). Cuando Sheldon clasificó a los varones según sus tipos corporales y las carcterísticas de la personalidad, encontró altas correlaciones. Las personas extremadamente endomorfas mostraban tendencia a ser viscerotónicas, los mesomorfos tendían a ser somatotónicos y los ectomorfos eran cerebrotónicos.
            Dado que Sheldon definió personalmente muchos de los rasgos físicos y de personalidad, sus resultados pueden muy bien haber estado sesgados por su propia predisposición. Cuando otros investigadores han estudiado estos descubrimientos, en general, han encontrado correlaciones más bajas entre rasgos físicos y personalidad. Parece ser que hay una cierta relación entre los rasgos físicos y el tipo de personalidad, los que verifica las creencias populares, pero esta relación es mucho menor de lo que los datos de Sheldon muestran.
            Además,  correlación no significa causalidad. No podemos concluir que se musculoso hace agresiva a una persona, ni que ser introvertido haga a una persona delgada. Parece obvio, por supuesto, concluir que gustar la comida hace a una persona pesar demasiado, pero aun eso no siempre es cierto. En muchos casos sucede que gente con rasgos particulares aprende a actuar de una cierta manera porque es eso lo que la gente espera de ellos. Algunas personas que pesan demasiado piensan que se supone que deben ser alegres, y así viven según las pretensiones de los demás.

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